domingo, 23 de febrero de 2014

A fin de cuentas.

A fin de cuentas no somos más que una suma de árboles, de calles y alumbrado público,  hemos absorbido un poco de casas de pasto de transporte, respiramos los colores de la tarde, hemos bebido de los niños jugando afuera, una a una hemos saboreado las peleas los festejos, no hablamos mas que de nuestra tierra, cantamos nuestro barrio, escribimos las calles, las paredes y los olores y no conocemos más personas que la que habita al lado, hemos retratado tantas veces nuestro entorno que ahora los viajes y las postales nos confunden.
volvemos al hogar y ya no miramos lo mismo,  no encontramos lugar en nuestra cama,  y los besos y la comida se nos hacen nudo entre el pecho y la espalda, propongo como solución, el encadenamiento perpetuo a la pata de la silla o de mi cama,  el alimento constante pero sin variaciones,  y que los besos que se precisen desde la edad temprana, sean cubiertos de acuerdo al tiempo por la mujer que uno ama.

Pasa el tiempo y sigues tan presente como el primer dia. 

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