lunes, 3 de abril de 2017

Cómo Dios manda

Me hubiera casado como Dios manda, por la iglesia, un ramito de azar mustio sobre las solapa, santiguando los pecados de un hombre que ala larga apunta canas.
Ella, vestida de blanco ¡pureza certificada! una alfombra hasta la puerta, órgano, misa, campanas,  anillo de oro con una flecha grabada.

Pero fue lo que Dios quiso por esas cosas que pasan entre hombres y mujeres, que nadie puede explicar las.
Ella torció su camino de la noche a  la mañana...  no sé si fueron razones francas o un cariño que abrazaba, pero a nadie, a nadie deseo ese tormento que mata.
La duda entre ceja y ceja como un cuchillo clavado, viendo irse de las manos algo que se nos escapa.
Nunca le hice reproche ni le dije una palabra, pero yo lo presentía, que el corazón nunca engañan; un día nos separamos  y aquí la historia se acaba.
Y más solo que la luna me quedé, en mi casa con un silencio de muerte y puertas empestilladas.
Lo que pasé,  Dios lo sabe,  hay penas que no se acaban....
Un día encontré a la que llaman la
otra.....
¡La otra....!  Esa palabra que sin tener filo muerde y sin ser cuchillo mata.
La otra..... una mujer con un corazón de oro y  vergüenza en la cara.
Un cariño recio y hondo, fuerte como una muralla,  trabajadora y sencilla, alegre,  risueña, casta,  leona para defenderme y una hormiga pa' la casa.
¡Y a ella le llaman la otra! Como una espina que daña..  ¡ y es la que sufre conmigo y es la que seca mis lágrimas y se funde en mi alegría igual el oro en la fragua!
Que bueno que nunca me casé como Dios manda, ella vestida de blanco,  'pureza certificada "
La otra,  ni usa vestido de blanco, ni le han tocado campanas,  ni le han prendido azahares que a ella no le hacen falta para ser pura y sencilla como una fuente sellada.
Y aunque le llamen" la otra" yo sé que es mía ¡y basta!
Pero que nadie la toque,  nadie diga una palabra que pueda ofender su nombre; que nadie intente humillar,  que me juego hombre a hombre y me mato cara a cara con quien se y donde sea.
Qué si no tiene un anillo con una flecha grabada, yo le he regalado uno con besos limpios,  sin mancha,  y la he vestido de novia con rayos de luna blanca. Y aunque no es mi señora,  ni le han tocado campanas  ni le han prendido azahares:
¡Me quiere como Dios manda!
Es fácil quitarse la ropa y tener relaciones,  la gente lo hace todo el tiempo.
Pero abrir tu alma a alguien,  dejarlo entrar en tu espíritu,  pensamientos, miedos, futuro,  esperanzas,  sueños.
Eso es estar desnudo.
Ciertas cosas pueden capturar,  tu mirada  pero sigue solo a las que puedan capturar  tu corazón.
Te amo preciosa....

1 comentario:

  1. No cabe duda de que el sentimiento de este cuate está flor de piel, pero es una realidad, muy bien dicha todos deberíamos de pensar así y defender a ala mujer que queremos felicidades por los dos.

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